TERROR PSICOLOGICO: El Plan

¿Alguna vez te has sentido observado? ¿alguna vez has sentido ese sentimiento de estar siendo vigilado? si es así, permíteme contarte esta breve historia…Antes de que aquello pasara, yo era un tipo normal. Con esposa y una hija, tenía un trabajo estable y una vida tranquila. Mi hija, Emily de 17 años es lo más preciado para mí en este mundo.

Aunque estoy aquí escribiendo estas palabras, no para contarte mi aburrida vida, sino para prevenirte de algo que todavía es un misterio sin resolver para mi vasta compresión que tengo como simple ser
humano.

La mente humana es extraña, es incomprensible hasta para los mismos seres humanos y cuando creemos que logramos comprenderla del todo, parece que «algo» nos adormece para que no podamos ir más allá.
Donde se encuentra la verdad del todo.
Es complicado, a veces siento como si el todo es algo intangible para mi mente, solo es comprendido como real, pero nunca tangible como tal.

Tu como yo, puedes percibir que estás viviendo, puedes percibir tus latidos como tu forma respirar, hasta puedes distinguir- en algunas ocasiones-, un sueño de la realidad. Pero aquí esta lo inquietante, que tan fina es la línea entre «Lo Real» y lo que nuestro subconsciente crea a partir de lo que percibimos. Que será aquello omnisciente y omnipresente, que parece jalarnos de la correa cuando queremos ir mas allá de «Lo Real».

Emily, mi hija, pensaba mucho en estas cosas, a veces eran comentarios al pasar, pero había oportunidades en las cuales, el tema parecía exaltarla y ponerla muy nerviosa. No fue hasta una noche de verano en la que nos
quedamos hablando de este problemilla que la atormentaba. Solía decirme que había detalles casi imperceptibles para la mente humana, que había un sistema el cual se encargaba de que todo vaya de acuerdo al «plan».
No estábamos dentro de una computadora gigante, eso es algo muy absurdo, había algo más que superaba imaginario. Era algo más bien, de un delirio espiritual. No encontraba otra respuesta más coherente.

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Al cabo de unas semanas, Emily empezó a tener unos comportamientos muy raros en ella. Se despertaba a la madrugada y se paraba en el balcón durante horas, incluso hasta que amanecía, a veces se despertaba abajo de su cama sin saber cómo había llegado ahí. O al menos eso nos decía a mí y a mi esposa.

Sucesos aún más extraños pasaron en los próximos días, hasta que una noche, sentí un ruido extraño que me causo escalofríos, como si alguien estuviera abanicándose, pero de forma muy lenta. el sonido era casi inaudible a mitad de la noche. Me levanté de mi cama y decidí dirigirme hacia el comedor, pero el sonido no provenía de ahí, venía desde el cuarto de Emily.

Abrí la puerta con cierta timidez y lo primero que ve es el brazo de mi hija sobresaliendo por debajo de la cama. Me prepare para lo peor, cuando de pronto mi hija asoma la cabeza y susurra, «Ten cuidado con él, nos está mirando justo en este momento». Gire la cabeza lentamente y un escalofrió corrió sobre mi espalda como si me hubieran vaciado una botella de agua helada.

Un ojo del tamaño de una cabeza humana, estaba incrustado en la parte superior de la pared de la habitación.

Luego de ese incidente, no volvimos a prender la luz en la casa, las semanas y los meses pasaban y aparecían ojos en las paredes de la casa y el techo. Ya no podíamos bañarnos, no podíamos hacer nada sin que ese montón de ojos nos siguiera con esa macabra y fría mirada. Unos ojos bien abiertos que se movían sin cesar. Llegamos al punto de no poder dormir, mi esposa se volvió loca y caminaba y lloraba por toda la casa sin poder hacer más que eso.

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De un momento a otro, dejo de amanecer para nosotros, mi hija y mi esposa enloquecieron. Estuvimos dentro de nuestra casa durante meses y el tiempo parecía no transcurrir, y esos ojos no paraban de moverse y observarnos un solo segundo, en la oscuridad de la casa.

Mi esposa, al cabo de unos días u horas, no lo sé muy bien, decidió suicidarse enfrente de mi hija y yo. Yo me quede totalmente en shock, mi hija no paraba de reírse en el rincón del living. El olor del cuerpo de mi esposa descomponiéndoseera insoportable, era algo horroroso e insufrible para los dos.

Si alguien está leyendo esto, quisiera comunicarle que mi hija está bien, al final logró aceptarlo todo y la vinieron a buscar. Yo todavía necesito tratamiento, o eso es lo que dicen ellos…

Pero ya todo volverá a la normalidad, eso no lo dudo, ellos dicen que tengo que volver a despertar, que la oscuridad consumió mi mente y que ya no soy parte de «el plan». Nadie puede escapar de ellos. No puedo escapar de ellos o, mejor dicho, de ÉL.

Historia escrita por – Ever Gonzalez

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