Las leyendas de terror chilenas combinan muy bien el misterio con el horror, de una manera tan perfecta que logran perturbar a cualquiera. Y es que estas, están tan llenas de misticismo y espanto, es bastante difícil escapar de estas historias ya que te atrapan de manera automática, una de las mas terroríficas se conoce como: «la leyenda de la pelota blanca.»
Esta leyenda de terror tiene como protagonistas a una madre con su pequeña hija, las cuales deciden mudarse a una pequeña y vieja casita en el bosque de San Fernando.
Este, no era el lugar idóneo que quería la madre para mudarse, pero esa casita de paredes blancas era lo único que podía pagar.
La macabra leyenda de la pelota blanca
La casa donde se mudaron, tenía muchos años abandonada. Apenas llegaron, recibieron la visita de una anciana que afirmó vivir cerca de ahí (siendo la casita parecía ser la única construcción en kilómetros). Esta anciana, fue a visitarlas simplemente para hacerles una advertencia:
-Cuando vayan a salir al bosque es muy probable que vean una pelota blanca. ¡No la sigan!, nunca traten de ir tras ella porque les va a ir mal- dijo la anciana en un tono amenazante y aterrador, culminando su advertencia diciéndoles que, de ser posible, nunca entren de lleno al bosque.
La mamá de la niña no hizo mucho ademán en creerle algo a esa señora que tenía en la puerta, de igual forma ella no tenía permitido dejar explorar a su hija por ese bosque para evitar que algo malo le pasase.
Nadie se esperaba lo que venia
Marian, quien era la niña, no hizo caso a la advertencia de la anciana, ya que escuchó decir a su madre que posiblemente se trataba de una vieja loca, ni bien se marchó de la entrada de su casa. De cualquier forma, Marian se aventuró al día siguiente a salir a explorar fuera de la casa, aprovechando precisamente que su mamá se estaba dando un baño.
Cuando el terror se apodera de Marian
Sorprendida y presa del pánico corrió muy asustada por las escaleras, el estado de terror era tan grande que terminó resbalando y cayendo estrepitosamente, causando con ello su muerte prematura.
Por otra parte, Marian se encontraba caminando en el medio del bosque cuando escuchó como algo resbalaba y caía en las cercanías. Alzó la cabeza instantáneamente y vio como una pelota blanca se movía entre las ramas de un árbol por sí sola, dejándola muda del asombro.
Asustada, la niña echó a correr hacia el bosque, observando que mientras más se alejaba, más cerca podía escuchar los rebotes de esa pelota endemoniada.
Cansada, la niña se paró frente a un gran árbol de roble frondoso y escuchó como una rama crujía en las alturas, volteando su mirada hacia arriba y viendo como allí arriba había otra niña igual a ella, con la salvedad de que esta niña era mucho más pálida y aterradora. Marian gritó desesperadamente y trató de correr, pero fue imposible.
La chica que guindaba del árbol se abalanzó sobre Mirian y comenzó a arañarla. Por un pequeño período de tiempo, los gritos de Marian retumbaron por el bosque tanto como pudieron, apagándose cada vez más hasta que en el bosque no quedó más que silencio.
El desenlace de la Leyenda de la pelota blanca
Ahora había dos cuerpos sin vida dentro del bosque (el de la madre y su hija). Mientras, saliendo del roble, se lograba vislumbrar la figura de una anciana, aquella que fue a advertirles a la madre y a su hija que no explorarán el bosque. Esta anciana reía macabramente diciendo una y otra vez “lo hice otra vez” mientras miraba sus afiladas uñas llenas de sangre.
Si te encuentras en las cercanías del bosque San Fernando ya lo sabes, trata de salir de ahí lo más rápido que puedas y en dado caso de que vislumbres una pelota blanca, no te quedará más remedio que pedir clemencia por tu vida.