Historia Vampírica.
Cuando hablamos de la condesería vampírica no nos referimos al tiempo de los romanos sino a la Era Medieval. La Cultura popular nos enseña que los vampiros son algo enteramente asociado con este noble título. Esto se le atribuye a que en la novela de Bram Stoker, Dracula, el personaje principal vampiro es un conde de muchas tierras, también se debe a que algunos personajes de la historia relacionados con el vampirismo eran o estaban emparentados con la Condesería como el mismo Vlad Tepes, Elizabeth Bathory o Gilles de Rais que aunque este último jamás fue conde si tuvo muchas tierras que gobernó. También Nosferatu es considerado conde.
Esta alta posición política para los vampiros sería conveniente debido a que así nadie sospecharía de ellos al atacar a su propio pueblo para conseguir sangre y si alguien lo descubriera, al ser él conde la ley no le aplicaría, además de todos los antojos de la vida de monarca de una villa.
Las condeserías vampíricas se caracterizaron por la ausencia de la presencia del conde (cosa que no era tan rara ya que en las villas y feudos la gente a veces ni veía al rey), no hay producción de ajo, matanzas sin saber qué pasa, poco poder del clero, un crecimiento de número de vampiros, el castillo estaría lleno de ataúdes para vampiros, etc.
Los vampiros eran buenos gobernantes dejando de lado su masacre de sangre. Los vampiros rumanos, que eran los que imperaban al reino vampírico, tenían control sobre algunas condeserías y de hecho ellos nombraban condes. El vampiro líder rumano era conocido como el Conde Mayor.
Las condeserías vampíricas tuvieron varios finales. En el mejor de los casos sólo perdieron sus tierras o se les fueron arrebatadas. En la cultura popular nos muestra uno de los finales de las condeserías vampíricas en donde los villanos enfurecidos van al castillo, lo corrompen y matan al vampiro mayor, a veces con la intervención de otro pueblo o nación. Otro caso de la cultura popular es cuando la Santa Inquisición es la que acaba con la condesería.