Cuentan las antiguas leyendas orientales que cuando un tigre, rey de los animales, alcanzaba los quinientos años vividos, su cola se tornaría blanca. El Byakko, así pues, sería considerado una criatura milenaria pues tendría que haber vivido millones de años para que todo su pelaje se volviera blanco. Pese a su naturaleza carnívora y fiera, no es una criatura maligna ni peligrosa. Al contrario es un símbolo de virtud y paz, razón por la cual se decía que sólo se manifestaba ante los emperadores cuyos reinados poseían estas características.
El Byakko entra entre las criaturas más hermosas y poderosas que jamás hayan existido. Debido a que vive oculto en las nubes es también de las más difíciles de encontrar.
Su trascendencia como tigre blanco ha también pasado a la cultura popular donde se le ha llegado incluso a considerar como un dios de cuatro. También se le ha llegado a considerar, incorrectamente, como un demonio.