LOS RECOLECTORES

Se dice que esto sucedió hace unas décadas atrás, se trata de una mujer que vivía en casa solamente con su hijo de unos 13 años, el padre, como ocurre muchas veces, los había abandonado hacía ya unos diez años.

Todo transcurría normalmente, la madre tenía su trabajo y, el niño iba a la escuela, los fines de semana la pasaban juntos en casa, y fue precisamente un domingo muy temprano, serían tal vez las 6 de la mañana, cuando alguien tocó a la puerta, la madre, que en ese momento se preparaba para hacer el desayuno, fue a atender, abriendo la puerta suavemente.

Al abrir la puerta, para su sorpresa, no había nadie, pero al girarse, un hombre, que en vez de estar vestido con ropa, parecía llevar una especie de sábana o bata que le cubría el cuerpo, estaba sentado en el sofá de la sala, su bata igualmente estaba toda sucia, además estaba descalzo, lucía cansado, sin embargo, por algun motivo, su rostro no era claro, era como ver difuso, como ver a través de un vidrio empañado.

Quien es usted, como entró a mi casa?
Le preguntó la mujer al hombre visiblemente enojada y algo asustada.

Señora, vengo a hacer la recolección, pero no hoy. Será después, hoy solo quería ver a quien debo recolectar…

La mujer sin entender nada de lo que decía el tipo, solamente atinó a gritarle que se fuera de su casa, o llamaría la policía, pero antes de terminar la frase, el hombre, ya había desaparecido.

Su hijo salió rápidamente del cuarto, despertado por la algarabía y preguntando que había pasado, pero la madre solo lo abrazó fuertemente sin decirle nada.

Leer también:  La carta escrita por una niña que falleció en el Titanic

Luego, justamente en esa semana, ella cayó enferma, estaba tan mal que no podía ni levantarse de la cama y, su hijo incluso tuvo que faltar unos días a la escuela para cuidarla, ella no comprendía como de pronto se había enfermado tanto, sin embargo, en su mente estaba presente la frase de aquel tipo, que dijo que esta semana venía recolectar.

Tenía una fiebre tan alta, que le hacía alucinar y ver a este hombre llegar a la puerta de su casa, para luego quedarse dormida del miedo. Pero finalmente, la mujer se recuperó justo finalizando la semana, asi que pudo regresar a su trabajo y seguir con normalidad, aliviada de que tal vez ese tipo extraño, no fue mas que una ilusión, ya nada iba a pasar.

El siguiente domingo, la madre regresaba de comprar unas cosas para el desayuno, temprano un poco después de las 6 de la mañana, cuando a lo lejos, llegando a su casa, pudo divisar a una niña que parecía salir de su casa, aquella niña aparentaba estar vestida exactamente como el tipo del domingo anterior, sucia, descalza y descuidada.

Esto alertó a la madre quien aceleró el paso hasta el punto casi de correr, mientras se acercaba a ella le gritaba:

Qué quieres, quien eres, no ves que estoy viva, te mandó aquel tipo del demonio?.
La niña la miró cuando ya estaba unos 6 o 5 metros de la casa, y de pronto, salió caminando, mientras arrastraba el cadáver de su hijo por el portal de la casa tomándolo de la mano.

La mujer empezó a gritar y a correr hacia donde iba la niña caminando con el cadáver de su hijo, pero las piernas las tenía pesadas no pudo darles alcance, devastada al entrar a su casa sumergida en un llanto desgarrador, vio el cuerpo de su hijo en el piso con el cuello roto, al parecer intentaba alcanzar un plato en la alacena y había resbalado mientras ella no estaba.

Leer también:  Lincoln y Kennedy, ¿leyenda urbana o maldición?

El domingo siguiente, la mujer salió temprano de la casa, junto con una anciana vestida exactamente igual que el tipo y la niña anteriores, agarradas de la mano, caminaron hasta perderse en el horizonte.

Dentro de la casa, yacía el cadáver de la madre sentada en el sofá con las venas abiertas, simplemente no soportó el dolor de perder a su hijo y, al final, ambos fueron recolectados.

Deja un comentario