Ilusiones

Yo era un joven normal, mi nombre es Ricardo. Una noche invite a unos amigos a mi casa, sus nombres eran Alex, Ignacio y Miguel. Jugamos videojuegos toda la noche. Pero cuando nos íbamos a acostar, escuchamos un ruido de cómo si alguien rasguñara la ventana. Nos levantamos, pero Miguel seguía dormido, yo abrí la ventana con temor, pero no había nada.

A la noche siguiente, escuche de nuevo ese ruido en mi casa, eran ya como las 9 de la noche y al salir al patio, vi algo horrible. Era mi perro, estaba mutilado. Llamé a la policía y la verdad, todo quedó en misterio, ya que no quedaron rastros y no pudieron dar con ningún sospechoso. Una noche me fui a dormir, soñé que yo me veía a mi mismo caminando hacia mi perro, de pronto vi que mi otro yo sacaba un cuchillo, estaba claro cuáles eran sus intenciones y me abalancé sobre él.

Al ver su rostro, desperté, pero yo no estaba en mi cama. Estaba ahorcando a mi amigo Alex, pero yo no me podía controlar, luego sacó un cuchillo y voy a corriendo hacia Ignacio. Le enterré el cuchillo en la yugular.

El piso estaba bañado en sangre. Desperté sobre mi cama, todo fue un sueño. Me levanté y me dirigí hacia la cocina. Sobre la mesa había una nota que decía:

«Ilusiones».

La verdad, yo pensaba que todo esto era una broma de Miguel, ya que el varias veces me ha jugado bromas muy grandes. Luego llamaron a la puerta. Era Miguel, tenía un palo en las manos y me golpeó. Desperté en mi casa, fue muy raro.

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Bajé a la sala principal y ahí estaban mis padres amarrados a una silla. Y al lado de ellos estaba Miguel.

¿Qué has hecho? – Le dije gritando. Él solo se rió levemente y desapareció.

Desde ese momento perdí el control de mi cuerpo, tomé una sierra y llorando le estaba cortando lentamente la pierna a mi padre. Sus gritos de dolor resonaban por toda la casa. Luego hice lo mismo con mi madre y al final los decapité. Desperté en mi cama, ya no sabía si esto era un sueño o la realidad.

Todo era muy confuso. Bajé a desayunar y estaban mi padre y mi madre vivos. Me sentí muy feliz, al parecer todo fue un sueño. Los fui a abrazar y mi padre me susurró:

-«Sólo son ilusiones»

Me di cuenta que esto era un sueño más. Entonces me desmayé, estaba en un funeral, estaban mis padres, mis amigos y todos mis familiares. Me acerqué al ataúd para ver quién era.

No era posible, era yo. Lo quede viendo por un momento y luego, sobre su rostro se dibujó una sonrisa macabra. Luego sentí que algo me golpeó la cabeza y desperté en un cuarto oscuro, en cual solo escuchaba una voz que me dijo:

Hola Ricardo, supongo que te estarás preguntando ¿Qué está pasando aquí?, Bueno, yo te lo explicaré.

– ¿Quién demonios eres tú? – Le pregunto.

– ¿Qué?, Miguel esta broma no es divertida.– Yo soy a quién conoces como «Miguel».

– Cálmate, yo solo soy un demonio que se hizo pasar por tu amigo Miguel.

– ¿Y entonces, porqué me haces todo esto?

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– Porque, tú, eres una amenaza para el Gran Zalgo.

– ¿Qué? ¿Zalgo? ¿Por qué soy una amenaza?

– Porque, tú eres uno de los humanos a los cuales les llamamos «Niños de Luz», sin embargo tú eres distinto, tú luz superará los límites, el Gran Zalgo me dijo que tu luz en el futuro, será tan intensa, que no podremos alimentarnos del miedo de las personas y nuestro mundo morirá, es por eso que debo matarte. La verdad, yo tenía planeado hacerte volver loco con todas estas ilusiones, orillándote a que te suicides, pero al parecer no ha funcionado. Hasta ahora esa era la forma más divertida de eliminarte, todavía no tienes el poder suficiente para causarnos problemas, así que tendré que eliminarte de la forma aburrida.

En ese momento todo quedó en silencio y unas luces se prendieron. En el cuarto había una soga y una silla. Mi cuerpo empezó a moverse por sí solo, llevándome hacia la cuerda y la puse sobre mi cuello.

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