Como ya hemos hecho alguna vez en este blog, hoy os traigo un tema que he sacado de una serie que sigo. En este caso la serie es Sobrenatural (Supernatural en EEUU). El capítulo en cuestión, trata de los amigos imaginarios, de cómo aparecen y desaparecen de la vida de los niños y de cómo ayudan a los niños que más los necesitan.
Indagando un poco, he encontrado a los Zana (llamados Zanna en la serie) de la cultura rumana. Pocas referencias al tema en culturas antiguas he encontrado pero algo hay.
Vayamos a ello…
Los Zână en la cultura rumana.
Zanna o en su ortografía rumana original Zână (plural zâne, zînă y zîne, d̦ână y d̦āne en viejas ortografías), es el equivalente rumano de las Cárites griegas (las hadas madrinas) o del duende germano. Dentro del folclore rumano, son lo contrario a las Muma Pădurii (las Brujas). Estos personajes hacen apariciones positivas en los cuentos de hadas y residen principalmente en los bosques dando vida a los fetos en el útero y otorgándoles grandes regalos como el arte del baile, la belleza, la bondad y la suerte. También actúan como ángeles de la guarda, especialmente para los niños que entran en el bosque, o para otras buenas personas. La palabra zână proviene de la diosa romana Diana (como lo hace Astur-Leonese xana). Ella es la que tiene toda la belleza, y es la que lo da lejos. Zână también se utiliza en la jerga rumana actual para referirse a una chica atractiva, aunque no es necesariamente la manera más amable de hacerlo.
La palabra “Zanna” tiene una estructura similar a la del árabe “Jann”, que luego derivó de la palabra árabe Djinn , cuyo significado primario es “ocultar”. Algunos autores árabes interpretan la palabra para significar, literalmente, “seres que están ocultos de los sentidos”, puede referirse a la habilidad del Zanna en la invisibilidad.
Datos según estudios.
A día de hoy, hay algunos niños que entre las edades de 2-3 años y hasta los 7-8 años, dicen que tienen un amiguito con el que juegan y con el que viven historias cuando están solos. Esto no es algo universal que le pase a todos los niños, pero entre un 50-65% de pequeños los tienen. Seguro que tu también tuviste,¿no?
“El amigo imaginario es un amigo que realmente no existe, pero que el sujeto vivencia como si fuera real y habla y juega con él. En ocasiones, puede ser un objeto no ficticio, como un peluche o una muñeca, pero por lo general, los amigos imaginarios no forman parte de la realidad”, explica a EL MUNDO el psicólogo educativo Jesús Ramírez, psicólogo educativo. Pueden aparecer incluso varios en diferentes etapas, una vez ser un perro y otro un superhéroe de TV. O incluso, un niño de su propia edad. Pero “tal como vienen se van”.
Hay estudios que indican que niños que no tienen hermanos son más propensos a tener a estos amigos “imaginarios” pero también es cierto, que hay otros estudios que dicen que una tercera parte de los niños estudiados, seguían teniendo a los amigos estando en edad escolar. Por lo cual, no hay una ciencia cierta sobre qué perfil determinado de niño es el más propenso a tener dichos amigos. Y es aquí a donde yo quiero llegar. ¿Todos son amigos salidos de sus mentes?
Siempre se ha dicho que los niños tienen una “visión especial” que pasada cierta edad se va perdiendo y que cuando somos adultos ya no hay rastro de ella. La mente infantil es más abierta, y no posee las restricciones típicas que los adultos experimentan acerca de la realidad. Para los niños lo sobrenatural es también una parte de lo natural, y de hecho están acostumbrados a vivir en un mundo donde el peso de la realidad objetiva y los productos de la mente se entrelazan constantemente.
Se dice que los niños ven cosas que nosotros los adultos no vemos. Es como cuando tu perro o gato se queda mirando a un punto de la habitación como si estuviera viendo algo. A mi me pone los pelos de punta.
Caso personal.
Por poner un ejemplo. Mi hija, no hace mucho, tuvo una “experiencia” algo extraña. La situación fue la siguiente.
Estábamos cuatro adultos (su madre, su tía, su tío y yo) en el salón con la pequeña y la mandé a su habitación a por un juguete para que se lo enseñase a su tía. La niña aceptó y cuando se dirigía a su habitación se paró en seco, mirando hacia arriba y retrocedió lentamente hasta llegar a donde me encontraba yo. Le pregunté qué ocurría y su respuesta fue clara , -” ese señor me da miedo”
Imaginaros nuestras caras cuando escuchamos a mi hija. Rápidamente, la cogí de la mano, y la llevé a donde ella estaba viendo a su supuesto “hombre que la asustaba”. Al no querer ir, me puse en el sitio donde el supuesto señor estaba para hacerle ver que no había nadie. Pues ni con esas, la niña no quiso ir a ningún lado.
¿Realmente vió algo? No lo se. Yo tampoco noté nada extraño al situarme en aquel sitio.
El caso con este ejemplo, es que ella sin motivo alguno, levantó la vista y algo la asustó. Levantó la vista a la altura a la que podría haber estado una persona adulta, pero como digo, no habia nada y yo no noté nada. Eso no significa que allí no hubiera habido algo que la niña percibió.
Por otro lado, mi sobrina tiene varios amigos imaginarios, la mayoría son animales, dinosaurios o bebes. Realmente en este aspecto, son cosas con las que juega habitualmente. Aunque da la casualidad que cuando viaja en coche con su madre y pasa por un punto determinado cerca de su casa, la pequeña asegura que ve a una chica. Según la niña, esta chica es su amiga, hace pulseras y vive en un búnker.
Como este post lo estoy haciendo, probablemente dos o tres semanas antes de publicar, al final del mismo, pondré el resultado de mi pequeño experimento. Tengo este tiempo para preguntarle a la niña varias veces. Seguramente sea otro amigo imaginario más, ya que tiene muchísima imaginación, pero nunca se sabe.
¿Realmente es un amigo imaginario?
Ciertamente en la mayoría de los casos los amigos imaginarios son exactamente eso, imaginarios, pero en ocasiones quizás podrían tratarse de algo más.
La psicología sostiene que los amigos imaginarios son parte natural y hasta deseable del proceso evolutivo de una imaginación sana. Sin embargo, las cosas pueden tornarse más extrañas. Hay niños que hablan con seres invisibles, que discuten con ellos, que juegan, que lloran y que incluso llegan a comentar con adultos cosas que jamás podrían haber sabido por sí mismos.
¿Como saber si realmente es un amigo imaginario?
Estudios psicológicos dicen que la imaginación de los niños no es estable ni contínua. Varía con el tiempo. Según se hacen mayores, la imaginación cambia, como es normal. Pero si un niño tiene un amigo imaginario y le pedimos una descripción, probablemente no nos dirá lo mismo cuando le preguntemos varias veces, ¿o si?
Por ejemplo, si le preguntamos a qué se dedica su amigo, en un ocasión nos dirá que es astronauta y más tarde que es cocinero. En este caso es importante averiguar el nombre del amigo imaginario y saber que en ambos casos está describiendo al mismo ser.
Por lo tanto, si interrogado dos o más veces el niño ofrece una descripción distinta entonces estamos en presencia de un amigo imaginario convencional. Siempre hablará de él como un igual.
En cambio, si cada vez que le preguntamos al niño acerca de su amigo imaginario nos describe exactamente los mismos detalles, como si estuviera hablando de una persona real, entonces podría tratarse de algo más que un producto de su imaginación.
En cualquier caso, la actitud de los adultos jamás debería negar al amigo imaginario. No solo sería absurdo, desde la óptica del niño, ya que para el niño es tan real como una persona normal, sino que conseguirá que no confíe en el adulto.
Lo mejor es tomar una postura comprensiva, y sobre todo abierta. De ese modo será el propio niño quien brindará información sobre su amigo imaginario.
No siempre ocurre, pero existen casos en donde el amigo imaginario adopta cualidades asombrosas, como luces, colores y resplandores que lo rodean. Tampoco es extraño que el niño lo describa como “raro”. Casi siempre, al ser interrogado en profundidad, puede advertirse que esa “rareza” tiene que ver con sus ropas y su modo de hablar.
También es cierto que no todos los amigos imaginarios son positivos. Algunos, de hecho, parecen hostiles y por lo cual, menos amigos, serian cualquier otra cosa. Los niños suelen reflejarse a ellos en el miedo a la oscuridad y en la insistencia a dormir con la luz encendida. No es inusual que el niño solicite que un adulto vele en su habitación hasta que se duerma.
Sería temerario afirmar que estas señales indican la presencia tanto de un amigo imaginario como de algo más, un espíritu, por ejemplo.
Conclusión.
La mente humana es un enigma para la ciencia. “Todos los días” salen estudios nuevos sobre alguna parte del cerebro que sorprende a la comunidad científica. Y es que el ser humano es complejo en todos los aspectos.
Un bebé, en el momento en que nace, está sin terminar de formar. Cuando nacemos, no vemos, no hablamos, no andamos y por ejemplo, el hueso de la cabeza está sin terminar de hacerse. Pero sin embargo, el cerebro durante los primeros 6 años es una esponja. El potencial del cerebro durante ese periodo, no volverá a ser igual en la vida. A lo largo de este periodo se asientan las bases neurológicas del desarrollo intelectual y emocional.
En sentido general, podemos resumir que para el psicoanálisis, los amigos imaginarios son expresión de inmadurez, aunque también puede reforzar los beneficios de este fenómeno como la habilidad para experimentar empatía, alternar puntos de vista, probar nuevas secuencias de diálogos, cambiar situaciones, revisar interpretaciones, especular, ponerse en la perspectiva del otro… No obstante, cualquier generalización en este ámbito puede llevarnos por caminos equivocados, cada persona es un mundo en sí mismo, por lo cual, la aparición de un amigo imaginario también podrá tener diferentes causas y consecuencias.
¿Que opinas al respecto?¿Tuviste un amigo imaginario?¿Cómo era vuestro amigo imaginario?
PD:
Tras varias semanas preguntandole a mi sobrina, la conclusión es que la niña tiene una imaginación maravillosa. Aquella chica que vive en un bunker cerca de su casa, no es más que una invención con algunas características en común con el personaje protagonista de la película de dibujos “Trolls”. La imaginación infantil no tiene límites…