El tesoro de Amaro Pargo
Amaro Pargo fue un corsario español que vivió entre fines del siglo XVII y la primera mitad del siglo XVIII que logró mantener el poder sobre la ruta entre el suroeste de España y el Caribe, atacando con frecuencia a barcos de Inglaterra y Holanda.
Se convirtió en una especie de Robin Hood español, ya que era conocido por dar sus ganancias a los pobres y también hacía donaciones religiosas, lo que rápidamente lo hizo famoso en todo el país.
Su riqueza era considerable cuando murió, ya que no solo dirigió una larga y exitosa campaña de piratería contra los enemigos de España pues además trabajó como comerciante que enviaba productos exóticos desde puertos distantes para venderlos en toda Europa.
Cuando murió el 14 de octubre de 1747, su procesión fúnebre se tuvo que detener unas 9 veces a lo largo de su ruta por la gran cantidad de público en general que acudió para presenciarlo.
Luego, sus herederos heredaron grandes cantidades de tierra y dinero, pero por alguna razón dejó una caja especial escondida en una de sus cabañas y
en su testamento, escribió sobre un cofre con un patrón de madera tallada en la tapa que guardaba en su cabina.
El pirata Amaro Pargo
En el cofre había joyas de oro, plata, perlas, porcelana china, pinturas, telas y piedras preciosas de gran valor pues luego explicó que el contenido de los cofres estaba detallado en un libro envuelto en pergamino y marcado con la letra «D», sin embargo, no le dijo a nadie dónde estaba realmente el libro.
En su testamento, utilizó la palabra cabaña, que puede descartar la «casa de Amaro Pargo», que ha sido buscada de arriba a abajo muchas veces por los buscadores de tesoros.
Otro lugar que se puede descartar es una cueva donde solía esconder de vez en cuando productos, esta es la cueva de San Mateo en Punta del Hidalgo al noreste de Tenerife, pero no se ha encontrado el cofre de madera.
El usó la palabra «cabaña» probablemente se referiría a una cabaña de caza o una pequeña cabaña de verano, algo que las personas de riqueza poseían en el siglo XVIII.
Tumba de Amaro Pargo en la iglesia de Santo Domingo de San Cristóbal
Desafortunadamente, las posibilidades de que el libro sobreviviera tanto tiempo sería nula, y la cabaña se habría caído por la ruina y se pudriría, pero tal vez el cofre todavía esté enterrado debajo de donde solía estar el piso.
Por ahora, el cofre y algunos de los contenidos se habrían descompuesto en nada, como las telas y las pinturas, pero las joyas de plata y el oro restantes que alguna vez fueron propiedad de Amaro Pargo valdrían millones.