La Casa Moira es una casona de la San Miguel Chapultepec, México. El nombre de la casa viene de su dueño llamado Víctor Moira quien un día desapareció y nunca volvió.
Cuenta una leyenda aterradora de que un día un niño de 8 años llamado Marcos entró a la casa y se encontró con un cuerpo de un niño sin vida colgado, así que huyo despavorido.
Atormentado, el menor decidió volver y constatar el espectáculo macabro, pero sólo encontró una cuerda y una silla. Nadie volvió a saber de él. Tiempo después fue su cuerpo el que encontraron colgado, pero nunca se supo si se trato de un suicidio o un asesinato,
Estas historias fueron un caldo de cultivo para creyentes de lo paranormal e hicieron de La Moira un lugar de culto para cazadores de fenómenos sobrenaturales. A principios de la década pasada, la casa se convirtió en un escenario de sesiones espiritistas, con recorridos nocturnos que invitaban a percibir las manifestaciones de otros seres. Más tarde el lugar se transformó en un centro cultural y actualmente permanece cerrado. Sólo una media luna negra y un triángulo en su fachada delatan su tenebroso pasado.
La casa fue comprada por un artista plástico llamado Earl Merino, se inspiro la casa, y dice que sintió sucesos paranormales.