Papá llevó a sus hijos, el mayor John y la menor Ely, al parque de atracciones. Los niños eligieron ir a ver el espectáculo de marionetas basado en el cuento de Blancanieves. Los niños estaban tan entusiasmados con el espectáculo que su padre le compró a John la marioneta vestida de cazador y a Ely la marioneta de Blancanieves.
Los niños se fueron a casa y se lo contaron todo a su madre. Cuando llegó la hora de acostarse, los niños se llevaron sus nuevos juguetes a sus camas. Por la noche, Ely soñó que su marioneta se acercaba a ella para estrangularla. Se despertó y encontró la mano de la marioneta en su garganta, lista para estrangularla. Ely se levantó y corrió a la habitación de su hermano y, entre sollozos, le explicó lo que había pasado. En ese mismo momento, John se dio cuenta de que su marioneta ya no estaba en su cama. Bajó corriendo las escaleras y la encontró con un cuchillo en la mano.
Ely corrió hacia sus padres
Ely corrió hacia sus padres y, presa del pánico, trató de contarles lo que había sucedido, pero tanto papá como mamá, como era de esperar, no la creyeron. Ely y John no sabían qué hacer, se sentían en peligro y por eso decidieron huir de casa. En la carrera, Ely tropezó con una piedra y se quedó atrás. John estaba tan concentrado en correr que no se dio cuenta de que su hermana no estaba con él.
Cuando el niño se detuvo, pensando que había perdido las marionetas, se dio cuenta de que Ely no estaba allí, así que volvió y encontró a su hermana tirada en el suelo con dos cuchillos
apuñalado en la cabeza. Desesperado y aterrorizado, John volvió a casa y se apresuró a coger dos cuchillos.
En cuanto salió de la casa, se encontró con las marionetas delante de él, que también le clavaron un cuchillo en el corazón. Al oír los aterradores gritos, los padres de Ely y John entraron corriendo, pero no encontraron a sus hijos… Sólo una gran mancha de sangre.