A veces conocidos como ” nómadas del mar ” , los Bajau han vivido en el mar durante más de 1.000 años, en pequeñas casas flotantes que flotan en las aguas de Indonesia, Malasia y Filipinas. Tradicionalmente, llegaban a tierra solo para intercambiar suministros o para protegerse de las tormentas. Recogen su comida buceando en apnea a profundidades de más de 70 metros. No tienen trajes de neopreno ni aletas, y solo usan gafas de madera y fusiles de su propia fabricación. A veces, se rompen sus propios tímpanos a una edad temprana para facilitar el buceo.
Las sesiones bajo el agua pueden durar más de dos minutos, y los totales diarios acumulados de aguante de la respiración suelen llegar a las cinco horas. Una nueva investigación sugiere que estas impresionantes hazañas no son el resultado del entrenamiento, sino más bien un ejemplo de la selección natural en acción, que, en este caso, ha dotado a los individuos de Bajau con bazos anormalmente grandes.
Resultado de una mutación genética:
Su capacidad para permanecer sumergidos durante períodos prolongados está bien documentada, lo que llevó a investigadores de la Universidad de Copenhague y la Universidad de California-Berkeley a lanzar una investigación científica. Los resultados del estudio , publicados hoy en Cell Press , sugieren que sus bazos inusualmente grandes son el resultado de una mutación genética y no un fenómeno relacionado con el estilo de vida. Es un raro ejemplo de selección natural en el trabajo de los humanos modernos, y los nuevos conocimientos obtenidos de esta investigación podrían conducir a nuevos tratamientos para los trastornos respiratorios.
El bazo actúa como almacén de glóbulos rojos que transportan oxígeno. Cuando los mamíferos contienen la respiración, el bazo se contrae, expulsando esas células y aumentando los niveles de oxígeno hasta en un 10 por ciento. Por esa razón, los mejores buceadores libres de competencia tienden a tener los bazos más grandes, al igual que las focas que bucean más profundamente .
Hicieron pruebas de sus BAZOS
Los resultados de los ultrasonidos mostraron que los individuos de Bajau sí tienen bazos más grandes, y son más grandes que los que se encuentran en poblaciones vecinas no relacionadas. Al principio, esta observación se atribuyó a diferencias en el acondicionamiento físico o las respuestas fisiológicas, pero el tamaño del bazo entre los buceadores y no buceadores de Bajau no varió en tamaño, lo que sugiere que algo más estaba sucediendo. Algo un poco más genético.
En consecuencia, y para la siguiente etapa del estudio, los investigadores realizaron un análisis genético. Descubrieron más de dos docenas de mutaciones genéticas, o variantes, entre la gente de Bajau que eran distintas en comparación con otras dos poblaciones.
“En general, nuestros resultados sugieren que los Bajau han experimentado adaptaciones únicas asociadas con el tamaño del bazo y la respuesta al buceo, agregando nuevos ejemplos a la lista de adaptaciones genéticas notables que los humanos han experimentado en la historia evolutiva reciente”, concluyen los autores en su estudio.
“Creo que es fascinante ver cuán extraordinaria es esta población, pensar que son casi como superhumanos que viven entre nosotros con estas capacidades realmente extraordinarias”, dijo Ilardo. “Pero también creo que la selección natural es mucho más poderosa de lo que a veces creemos, y tal vez deberíamos buscarla en más lugares de los que pensamos”.
Los investigadores están emocionados de compartir sus hallazgos con los participantes del estudio de Bajau.