Los efectos especiales han sido un elemento que le ha dado al cine el toque mágico o real, dependiendo del tema, desde las primeras ejecuciones cuando el cine comenzaba gracias a los hermanos Lumière, quienes en menos de un año grabaron 500 filmes, pero hubo un hombre que le dio un giro a las tomas pioneras que se realizaban en aquél tiempo, él fue Georges Méliès.
Marie-Georges-Jean Méliès nació en París en 1861. Era un joven que se interesaba por el arte que tenía un gran aprecio por el diseño de escenarios y los muñecos. Sus padres lo enviaron a Londres para que aprendiera inglés y pudiera trabajar en el negocio familiar. Ahí, el trabajo de Maskelyne and Cooke atrajo su atención. Al regresar a París comenzó a laborar para su padre y al retirarse éste, ascendió al puesto de gerente. Para Méliès eso indicaba que tendría más ingresos, tantos como para comprar el famoso Teatro Robert Houdin. A partir de ahí se dedicó totalmente a ser un artista teatral, creando historias que involucraban magia y técnicas de ilusionismo, mismas que aprendió en Londres, también desarrolló las suyas.
Cuando los hermanos Lumière presentaron públicamente el cinematógrafo, Méliès era parte de la audiencia. El artefacto lo cautivó totalmente y al finalizar la presentación se acercó a los hermanos Lumière para comprarles su aparato, pero ellos le negaron la posibilidad. Sin embargo, no paró con sus investigaciones sobre este gran invento y buscó a Robert Paul en Londres para mirar su cámara-proyector creando uno propio poco después. Ya con los medios, pudo proyectar su primera película el 4 de Abril de 1896. Por un tiempo proyectó los filmes realizados por otras personas, normalmente hechos con un kinetoscopio, pero posteriormente pudo hacer las suyas, tomas realizadas por él que duraban aproximadamente un minuto.
Durante agosto de 1896, cuando se encontraba tomando una escena, Méliès tuvo un incidente con su cámara, dejando esto a un lado, procesó la película y al ver el resultado se dio cuenta de que el cine tenía la capacidad para cambiar el tiempo y el espacio, ya que con el accidente los objetos aparecían y desaparecían o parecían transformarse en otros en la película. Por lo que sus esfuerzos iban dirigidos a crear efectos especiales, algunos bastante complejos, en ocasiones se incluían objetos que cambiaban de tamaño, todo esto tenía la finalidad de mostrar los alcances del cine, más que estar relacionado con las historias en sí. Después de experimentar con la exposición múltiple, Méliès produjo el filme L’homme orchestre (“One Man Band”) en la que interpretaba a siete personajes simultáneamente.
Al utilizar estos efectos, Méliès no sólo era pionero del cine y las técnicas, sino del cine de horror. En 1896 produjo el filme Le Manoir du Diable (“The Manor of the Devil”) el cual era un video de tres minutos que mostraba la tradicional pantomima y pretendía asombrar a la gente, más que asustarla. Esta película se convirtió en la primera del género de horror y la primera historia de vampiros llevada al cine.
A finales del mismo año, junto con Lucien Reulos y Lucien Korsten, fundó Star-Film Company. Muchas de sus primeras películas eran copias y remakes de los filmes de los hermanos Lumière, por ejemplo Playing cards. Pero mientras los Lumière buscaban marcar la importancia de la cinematografía en la historia y la ciencia; Méliès trataba de atraer al público que se sorprendía con las historias y los efectos, gente interesada en el arte. Cuando su cámara se estrelló pudo ver que una mujer cambiaba a hombre en el filme, lo cual lo llevó a descubrir el famoso “stop-trick”, el cual ya había sido usado por Thomas Edison en su película The Execution of Mary Stuart, aunque la manera de crearlos, así como la implementación de la magia en el cine fue idea suya, utilizándolos por primera vez en el filme Escamotage d’une dame au théâtre Robert Houdin (“The Vanishing lady”), en el cual se mostraba a una mujer desapareciendo del escenario, pero la persona se transformaba en un esqueleto y después volvía a aparecer en escena.
En los años siguientes realizó muchas películas y también experimentó con varios efectos especiales, como tomas al revés o grabar a los actores sobre un fondo en negro, regresar la cinta con la cámara y exponer la grabación otra vez para crear una doble exposición. Después produjo otro filme de horror titulado Cleopatra, el cual no muestra la historia egipcia, sino que cuenta que la momia de Cleopatra es resucitada en tiempos modernos. El filme se creía perdido hasta que fue encontrada una copia en París en 2005.
Para 1902, Méliès hizo su filme más famoso: A trip to the moon, en el cual se destaca la escena en donde una nave le pega al hombre de la Luna en un ojo. Esta historia fue un poco basada en el libro de Julio Verne, “De la Tierra a la Luna”, y el libro de H. G. Wells titulado “Los primeros hombres en la Luna”. Méliès aparece como el Profesor Barbenfouillis, quien es presidente del Club de Astrónomos y planea un viaje a la Luna. Esta fue la película más larga que había realizado Méliès y tuvo un costo de diez mil francos, dándole reconocimiento mundial debido a su éxito. Sin embargo, al piratería no pudo esperar, en Estados Unidos ya era famoso y productores como Thomas Edison, Siegmund Lubin y Carl Leammle piratearon miles de copias obteniendo excelentes ganancias con ellas. Por lo que Méliès tuvo que abrir una sede de Star Films en aquél país dirigida por su hermano Gastón, a quien no le iba bien en el negocio de calzado de su padre.
En 1908 el mundo de la cinematografía cambió. Thomas Edison creó la Compañía de Patentes de Cinematografía (MPPC – Motion Pictures Patents Company) para regular la industria del cine en Estados Unidos y Europa. Las compañías asociadas fueron Edison, Biograph, Vitagraph, Essanay, Selig, Lubin, Kalem, American Pathé, y Star Films Company de Méliès, siendo Edison el presidente del conglomerado. Star Films fue obligado a cumplir con el estándar de la MPPC, debían proveer mil pies de cinta a la semana, por lo que Méliès grabó 68 películas en ese año, una de ellas su más ambicioso proyecto: La humanidad a través de los años. Para 1909, Méliès dejó de hacer filmes y no asistió al Congreso de Cineastas en París, ya que estaba en desacuerdo con el monopolio que pretendía manejar Edison. Por su parte, Gastón seguía produciendo filmes de distintos géneros.
En 1910, Star Films firmó un acuerdo con Gaumont Film Company para distribuir todas sus películas, pero en ese año, Méliès hizo un trato con Charles Pathé que definitivamente terminaría con su carrera como cineasta, aceptando una buena suma de dinero para realizar filmes a cambio de que Pathé Frères las distribuyera y se reservara el derecho de editarlas, tomando poder sobre sus filmes y su estudio en Montreuil. Méliès comenzó a grabar nuevas películas un tanto más elaboradas, aún cuando fueron famosas una década después, resultaron ser un desastre financiero. La película Conquest of the Pole no fue un éxito en las ganancias, por lo que Pathé decidió empezar a editar las películas. Después de varios fracasos, Méliès decidió romper el contrato con Pathé. Hizo un viaje por el Pacífico Sur y Asia grabando y mandando los filmes a su hermano en Nueva York, pero estas cintas, por lo general, estaban dañadas y no podían usarse, lo cual provocó que Gastón no pudiera cumplir con la demanda de la compañía de Thomas Edison. Esto le ocasionó a Gastón una pérdida de $50, 000 dlls. y tuvo que vender algunos de los estudios de Star Films a Vitagraph Studios. Gastón regresó a Europa y murió.
Para 1913, Méliès estaba en bancarrota sin poder realizar más filmes. La Primera Guerra Mundial había prevenido que Pathé pudiera quitarle su casa y el estudio de Montreuil que aparecían como garantía en el contrato. Su primera esposa, Eugénie Génin, murió en mayo de ese año dejándolo solo con un hijo de 12 años. Debido a la guerra, el Teatro Robert-Houdin fue cerrado por un año y salió de París junto con sus hijos. El ejército francés convirtió uno de sus principales estudios en hospital de heridos de guerra y confiscó alrededor de 400 películas del catálogo de Star Films para quemarlas y utilizar la celulosa y la plata. El ejército usó los materiales crudos para hacer zuelas de botas. El Teatro Robert Houdin fue demolido para reconstruir el Boulevard Haussmann. Para ese año, Pathé ya podía apropiarse del estudio en Montreuil y Star Films. En un arrebato de ira, Méliès quemó todos los negativos de sus películas, los sets y los vestuarios.
Después de salir del negocio de la cinematografía, Méliès se retiró de la vida pública. Vendía dulces y juguetes en la estación Montparnasse en París. En 1925 se casó con Jeanne D’Alcy. A finales de los 20’s, los periodistas comenzaron a buscar información sobre él encontrando que era un vendedor de tienda y que había sido olvidado, creando un gran interés a su alrededor. Su prestigio comenzó a crecer en la industria y se le daba el reconocimiento suficiente, tanto como para realizar una gala retrospectiva de sus trabajos en el Salle Pleyel. Recibió el premio Légion d’honneur de las manos de Louis Lumière. Sin embargo, Méliès vivía en la pobreza. En 1932, la Sociedad de Cine le otorgó a Méliès un lugar para su retiro en Orly donde podía vivir con su familia. Ahí trabajó con distintos jóvenes cineastas en proyectos y guiones que nunca se realizaron. Rentó un edificio abandonado, propiedad de Orly, para poder guardar sus cintas, Orly le confió la llave a Méliès y ese lugar se convirtió en la Filmoteca Francesa. Para 1937, Méliès se enfermó y fue internado en el Hospital Léopold Bellan en París muriendo de cáncer el 21 de enero de 1938.
Sin duda, sus películas impulsaron al cine y su creatividad para realizar los efectos especiales fueron y son inspiración para muchos cineastas. La magia que manejaba en sus películas transportaban a la gente a otras dimensiones, al espacio, a casas embrujadas. Georges Méliès siempre será un clásico y una gran referencia en la cinematografía trayéndonos el primer filme de horror e historias fantásticas fuera de lo común.