Tendríamos unos 11-12 años, no sabría decir exactamente, y veraneabamos en una urbanización prácticamente alejada de la civilización. Tenia unas 35-40 apartamentos, pequeños, donde todos los vecinos nos conocíamos de toda la vida y eramos como una familia. Esta organizada en forma de cuadrado, con 4 bloques de apartamentos de 3 pisos, y en una de las esquinas, en la tercera planta, había 3 apartamentos juntos que siempre habían estado vacíos, pues no se llegaron a vender nunca.
Eran otros tiempos (benditos 90), y a pesar de que a las 12 apagaban las luces, aun siendo pequeños, nuestros padres nos dejaban quedarnos dentro del recinto hablando hasta que nos saliese de la polla, solíamos quedarnos hablando hasta las 2 o las 3.
Pues ese verano decidimos colarnos en alguna de las casas que estaba vacía. Por las escaleras de los rellanos, los cuartos de baño tenían una especie de ventanuco, por el que solo cabía un niño. Estaban justo encima de la bañera y casi en el techo, es decir, si estabas de pie en la bañera y te ponías de puntillas, podías tocar esa pequeña ventana, estaban ahí a modo de respiradero o algo así. Nos estuvimos colando unas cuantas noches,desencajabamos la ventana, entraba uno, abría la puerta de la casa y ya entrabamos los demás, eramos 5.
Comprábamos bolsas de patatas y hacíamos algo parecido a un picnic, un par de veces nos llevamos alguna revista porno a leer los artículos, etc. Hasta que un día decidimos hacer la ouija. Yo era bastante miedoso y no quería, pero en esa edad se hace lo que diga la mayoría y no puedes negarte.
Para que os hagáis una idea de como eran los apartamentos, al entrar había un recibidor pequeño con 4 puertas, delante la del salón, a la izquierda un dormitorio, y la derecha el baño y la otra habitación. Todas las puertas de la casa estaban abiertas y no había nada, ni muebles ni camas ni absolutamente ningún objeto, ni basura ni huellas en el polvo, los primeros días inspeccionamos todo y ni rastro de que hubiese entrado alguien en 10 años. Nos llevábamos un cartón cada uno para sentarnos en el y listo.
Pues ese dia dejamos las linternas en el suelo, preparamos la ouija y estamos todos acojonados, quizás excepto el que era un par de años mayor. Evidentemente la moneda no se movió, hasta que este amigo mayor empezó a moverla él claramente, pero mientras estábamos entre recriminandole y riéndonos ocurrió todo…
Escuchamos claramente alguien silbar, como llamando a un perro, ese tipo de silbido, viniendo de la puerta,
a 3-4 metros de nosotros. Levantamos la vista y jamás supimos lo que vimos, pero en la habitación, que hay junto al baño, algo se ocultó. Mi impresión fue como si una cabeza estuviese asomada y se escondiese rápidamente. El problema es que al estar nosotros tan cerca de las linternas y todo a oscuras, realmente no vimos nada, mas bien fue la percepción de un movimiento o una sombra.
Acto seguido, la puerta de ese dormitorio se cerró, muy lentamente, chirriando. Tras unos segundos mirándonos paralizados, salimos corriendo dejando todo ahí, incluidas las linternas, todo pasó tan rápido que no pensamos, sólo queríamos salir. Nos agrupamos en la puerta empujandonos los unos a los otros, no eramos capaces de abrirla, así que el que era un poco mayor fue hacia el cuarto de baño, dio un salto, se enganchó a la ventana y salió… Los demás le seguimos.
Entre nervios fuimos ayudándonos a salir poniendo las manos y aupandonos… El problema es que el ultimo fui yo, y ya no había nadie para auparme a mi. Sólo recuerdo que estaba llorando, la puerta donde se supone que había «algo» se movía un poco como cuando no está cerrada del todo y hay algo de corriente. No oía nada, mis amigos se habían ido.
Fue tan largo que se me pasaron miles de cosas por la cabeza, en mi mente casi 10 minutos, realmente muchísimo menos, quizás un minuto o menos. Me daba tanto miedo ir a abrir la puerta que solo se me ocurrió tumbarme en la bañera para que quien hubiese allí no me viera. Pensé que mis padres vendrían a buscarme si no llegaba para dormir…mil cosas, al mismo tiempo no me atrevía a gritar porque sabía que me regañarian…o que quien hubiese allí sabría que yo aún estaba ahí. simplemente estaba bloqueado. De repente oí ruido fuera, uno de los colegas había vuelto… Había robado una toalla de una de las terrazas de la planta baja y me la descolgó por la ventana. Me enganche a la toalla y mi amigo tiro de ella hasta que me saco. Recuerdo cuando me asomaba ya la cabeza y vi el exterior pensar, por Dios, tira con fuerza, saca fuerza de donde sea, como si te fuese la vida en ello y verle la cara desencajada a el llorando también con la misma angustia que yo tirando con todas sus fuerzas.
Hablando sobre el tema, cada uno dijo ver algo diferente, para mi la única explicación es que fue una persona, los otros dicen que era cualquier cosa menos una persona… Lo que mas me duele es que todos salieron corriendo de allí hacia su casa sin mirar atrás, sólo uno vino a por mi.
Aun se me ponen los pelos de punta recordando la angustia que pasé en esa bañera.