Asesinos en Serie – H.H.Holmes

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Hace unos días, terminé de ver una serie llamada Timeless. Es muy parecida a una serie española, El ministerio del tiempo. En ambas series, tres protagonistas, dos hombres y una mujer, viajan a través de la historia para evitar que esta sea cambiada. Pues bien, en la serie americana, en uno de los capítulos aparece un personaje que me llamó la atención. Un tipo, que había construido un hotel durante la Exposición Universal de 1893, en el cual torturaba y mataba a personas. Un asesino como nunca antes había existido. Un ser tan malvado, que por su culpa se acuñó por primera vez el término “asesino en serie”. ¿Quieres saber mas de este hombre?¿Quieres seguir indagando en la perversidad humana? Adelante…

H.H.Holmes, el primer asesino en serie.

Nacido en 1861 en Gilmanton, New Hampshire, Herman Webster Mudgett o como él se hacía llamar, H.H. Holmes, creció en una familia acomodada y religiosa estricta. Se hizo cargo de una farmacia de Chicago y la convirtió en un elaborado laberinto de trampas de muerte a la que atrajo a numerosas víctimas durante la Exposición Universal 1893. Finalmente, fue capturado y ahorcado en 1896. Erik Larson escribió sobre Holmes en el libro El diablo en la ciudad blanca , publicado en 2003.

Cuentan que desde muy pequeño se interesó por el funcionamiento del cuerpo humano y le apasionaba mirar esqueletos que había en las farmacias y en los hospitales cuando iba a visitar al médico. Tanto era así, que se escapaba a un bosque cercano a su casa, cazaba animales y los abría en canal para ver cómo funcionaban por dentro.

Como estudiante de medicina en la Universidad de Michigan, robaba cadáveres que utilizaba para hacer reclamaciones de seguros falsas. También pudo haber usado dichos cuerpos para hacer experimentos.

El Castillo de la muerte.

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Castillo de la muerte (Murder Castle)

En 1886, Herman Webster Mudgett se trasladó a Chicago, Illinois. Pronto encontró trabajo en una farmacia, usando un nuevo alias, Dr. Henry H. Holmes. Con el tiempo se hizo cargo de la empresa y su propietario original desapareció misteriosamente. Holmes había “heredado” un edificio de tres pisos. Los pisos superiores contenían su vivienda y muchas pequeñas habitaciones donde torturó y mató a sus víctimas. En 1888 comenzó a remodelar y expandir el edificio para transformarlo en lo que más tarde se conocería como el “Murder Castle. Algunas de estas habitaciones tenían chorros de gas de manera que Holmes podía asfixiar a sus víctimas. También había trampillas y rampas para que pudiera mover los cuerpos al sótano donde podría quemar los restos de sus víctimas en un horno o disponer de ellos de otras maneras.

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Plano de las distintas salas

Una de sus primeras víctimas fue Julia Smythe, la esposa de Ned Conner, un trabajador de la farmacia. Holmes comenzó a flirtear con Julia hasta que consiguió iniciar una relación. Cuando Conner se dio cuenta de lo que sucedía, renunció a su trabajo y dejó a Julia y a su hija Pearl de 12 años en el hotel. En 1891 la mujer le confesó a Holmes que estaba embarazada y le exigió que le ofreciera matrimonio. Holmes estuvo de acuerdo, pero puso una condición, que le dejara practicar un aborto. Ella accedió y la operación fue planificada para Nochebuena, ahí Holmes la asesinó con una sobredosis de cloroformo y luego mató a la pequeña Pearl.

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Durante la Exposición Universal de 1893, Holmes abrió su casa como un hotel para los visitantes de la feria. Era tanta la afluencia de gente, que el mismo Holmes podía elegir a quien le daba habitación y a quien no. Por desgracia, algunos de esos clientes no sobrevivieron a su hospitalidad. Muchas de estas víctimas, (nadie sabe con certeza el total, aunque se habla de hasta 200) eran mujeres que sedujo, estafó y luego mató. Además, sus víctimas eran elegidas a conciencia. Tenían que ser ricas, jóvenes, guapas, estar solas y, para evitar las visitas inoportunas de amigos o familiares, su domicilio tenía que estar situado en un estado lo más alejado posible de Chicago.

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Minnie Williams

Una de sus víctimas fué Minnie Williams, una hermosa joven que acababa de recibir una herencia de un tío. Holmes, se ofreció de guía para acompañarla a ella y a su hermana Annie a visitar la feria. Pronto la joven cayó bajo sus encantos y promesas de matrimonio e incluso de un viaje a Europa. El día en que supuestamente partirían al viejo continente, Minnie y su hermana se dirigieron al hotel del que nunca más salieron. Cuando Holmes confesó ante el tribunal algunos de sus crímenes, el único momento en el que mostró algo de remordimiento fue cuando habló de Minnie, “Yo realmente amé a esa mujer. Pero bueno, ya está hecho y fue un buen trabajo”, según la transcripción de su confesión publicada por los medios Inquirer y New York Journal.

El final.

A fines de 1893 Holmes y su asistente, Benjamin Pitezel, se fueron a Texas escapando de sus acreedores y de la compañía de seguros de su edificio, el cual había prendido fuego para cobrar el seguro. Una vez instalado en Texas, intentó cobrar el dinero que había heredado Minnie Williams y se dedicó a defraudar a varios negocios ecuestres. También, en sus ratos libres, comenzó el diseño de un nuevo edificio de torturas. Sin embargo, tuvo que escapar hacia St. Louis cuando la policía descubrió sus estafas con los corceles. En su nueva ciudad, compró una farmacia y medicamentos a crédito, más tarde vendió el negocio, pero los acreedores lo denunciaron y fue detenido y llevado a prisión.

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Tras ser liberado unos meses después, sale de la cárcel con un nuevo plan de estafa. Eso sí, previamente le había contado el plan a su compañero de celda, ya que este tenía un buen abogado que le podía sacar de la cárcel.

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Confesion de H.H. Holmes Copyright Philadelphia Inquirer

El plan era sencillo e ingenioso. Su ayudante, Benjamin Pitezel, debía hacerse un seguro de vida en una compañía de Filadelfia. Se presentaría luego como suyo un cadáver anónimo desfigurado por un accidente. No habría más que repartir la prima que cobraría la Sra. Pitezel, mientras que el “muerto” iría durante algún tiempo a hacerse olvidar a Sudamérica. Para su desgracia, Holmes tuvo la mala idea de cambiar su plan y de matar realmente a Pitezel. Aquella solución tenía en su opinión la ventaja de ahorrarle la búsqueda peligrosa de un cadáver, y sobre todo de permitirle quedarse él solo la totalidad de la prima, deshaciéndose posteriormente de la Sra. Pitezel y de sus hijos, algo que para él no era molestia.

Tras colaborar en la identificación de su amigo, decidió llevar a la “viuda” a cobrar el dinero. Una vez repartido, convenció a la Sr.Pitezel de que él mismo llevaría el dinero a su marido junto con tres de sus hijos. La mujer, que no sospechó nunca nada, accedió y se despidió de ellos sin saber que esa sería la última vez que los volvería ver con vida.

Lo que Holmes no sabía, es que su antiguo compañero de celda, Marion Hedgepeth, había leído en la prensa la muerte de Pitezel y tras ver que nunca le había llegado dinero alguno, llegó a un acuerdo para acortar su pena contando todo lo que sabía.

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Fue así como lo detuvieron y lo extraditaron a Filadelfia acusado de asesinar a su asistente. La viuda avisó a la policía que además Holmes tenía a tres de sus hijos. Más tarde los detectives encontrarían los restos de los niños, que lamentablemente habían corrido la misma suerte que su padre.

Con estos antecedentes, la policía decidió revisar su pasado y con ello, el siniestro hotel donde encontraron restos humanos y las diversas trampas diseñadas por Holmes, quien fue condenado a la horca en 1896. Sus confesiones fueron contradictorias por lo que nunca se sabrá toda la historia sobre este asesino, quien admitió haber ultimado a 27 personas, pero se cree que las víctimas podrían haber sido incluso 200.

Holmes fue a la horca el 7 de mayo de 1896. La caída no lo mató al instante. En su lugar, colgaba del extremo de la cuerda y fue lentamente estrangulado durante casi 15 minutos.

Su última voluntad antes de morir fue que el ataúd con su cuerpo dentro, fuera enterrado a 10 pies de profundidad y lo taparan con cemento para que nadie robara su cuerpo e hiciera experimentos con él.

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Libro The devil in the white city

La historia de Holmes fue descrita en la novela The devil in the white city de Erik Larson, publicada en 2003. En la actualidad los crímenes de Holmes siguen fascinando y espantando al mundo. Por su parte, el director Martin Scorsese se encuentra trabajando en una película sobre este primer asesino en serie de Estados Unidos y cuyo protagonista será interpretado por Leonardo DiCaprio. El proyecto lleva 10 años dando vueltas por Hollywood y parece que pronto se pondrá en marcha.

Por último y como dije al principio de este artículo, en la serie Timeless, más concretamente en el capítulo 11 de la primera temporada, única de momento, los protagonistas van al pasado y sin saberlo, entran en el hotel equivocado. Pronto sabrán que … bueno, no digo más para no hacer spoilers.

En fin, un angelito este hombre, ¿no? 

¿Que os ha parecido?. No dudéis en dejar algún comentario o si lo prefereis, sugerirnos a otro personaje de este calibre.

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