Una noche, estaba yo solo viendo una película en la tele. A mi lado, en la alfombra estaban mis dos perritos durmiendo plácidamente mientras yo veía tranquilamente aquella película. Detrás del sofá donde yo estaba sentado se encontraba el pasillo de casa. Todo estaba oscuro menos el salón donde tenía puesta una luz muy baja.
De repente, los dos perros se despiertan con las orejas tiesas, levantándose y mirando con atención hacia la parte del pasillo. Si duda, «algo» había llamado su atención.
Yo, extrañado, me levanté un poco y miré por encima del sofá a ver si veía algo en el pasillo, pero no vi nada extraño porque todo estaba oscuro y no le di más importancia por lo que continué viendo la película. Mis perros seguían atentos mirando al pasillo sin hacer ruido y con esa situación pensé que eran un poco tontos por estar mirando al vacío tan atentamente.
Pasaron unos 10 minutos y mis perros empezaron a gruñir y me empezaron a molestar ya que no podía escuchar bien la película. Me enfadé un poco y les dije que se callaran que allí no había nada. Pero mis perros seguían gruñendo por lo que volví a mirar al pasillo mientras les decía «Pero si no hay nada!!» y de repente la la luz del pasillo se puso sola!
Ahí ya me asusté y sentí que algo raro estaba pasando. Mis perros se volvieron aún más locos y yo con un miedo tremendo.
Me levanté un poco asustado y fui al pasillo apagando la luz que se puso sola, tranquilizándome a mi mismo diciendo que habría sido algún contacto que habrá hecho que la luz se encendiera. Me di la vuelta para ir de nuevo al sofá a ver la película y olvidarme de todo aquello.
Hasta que me giré del todo dándole la espalda al pasillo y detrás mío escucho el sonido de una pelota botando en el suelo. Me giré rápidamente de nuevo y puse la luz del pasillo.Os lo juro por dios, que allí estaba una pelotita naranja movimiendose como que se alguien lo había echado suavemente. Pegué un salto y me alejé corriendo de allí de nuevo al sofá.
Era la pelota con la que solía jugar con el perro y que tanto le gustaba, pero ahora en vez de que mis perros fueran a buscarla como siempre, estaban gruñiendo y ladrándo a aquella pelota desde lejos.
Obviamente dejé la luz puesta y yo también observaba a la zona del pasillo por si se movía la pelota o pasaba algo. Para entonces estaba muy nervioso y no pude acabar la película, apagué la tele y me quedé vigilando esa zona junto a mis perritos.
Pasaron horas y nada ocurrió. Para entonces mis perros ya se habían tranquilizado y a mi también el sueño me pudo y me dormí en el sofá, junto con mis perros.
Cuando desperté ya era de día, rápidamente miré al pasillo y la pelotita naranja seguía aún ahí. No me atrevía a pasar por el pasillo, hasta que me estaba meando mucho y no tuve otra opción de pasar por el pasillo saltando y evitando a aquella pelota naranaja. Al volver del baño cogí el cubo de basura y de alguna forma metí la pelota naranaja dentro y lo saqué a la calle directamente.
Nunca más nos ha pasado nada parecido pero desde aquella vez, si alguien trae algo de color naranja o ven objetos de ese color, se ponen nerviosos y a ladrar, por lo que no puedo tener nada de ese color a su vista…
Por cierto la película era la tan famosa «El día de la bestia» no sé si tendría algo que ver…