El sillón del diablo es un objeto sobre el que pesa una macabra leyenda que nació en el siglo XVI y ha llegado hasta nuestros días. Cuenta esa leyenda que Andrés de Proaza, un médico de Valladolid, fue quien abrió la primera cátedra de Anatomía que existió en España. De Proaza era de origen judío y todo el mundo decía que había hecho pactos con el diablo en persona. Se achacaban sus grandes conocimientos de medicina a su pacto con Satán.
Un día sus vecinos denunciaron la desaparición de un niño de 9 años y culparon a Proaza de ello. Comentaban que en el sótano de su casa se oyeron llantos y lamentos, además de que se encontraron restos de sangre. Esos vecinos alertaron a las autoridades. Y no tardaron en comenzar una investigación encontrando el cuerpo del niño de 9 años despezado después de haberle sido practica la autopsia estando vivo.
El regalo del nigromante
La famosa y terrible Inquisición española encarceló y torturó al médico hasta que logró su confesión, Negó los pactos con el diablo pero admitió que poseía una silla que le había regalado un nigromante. Cuando la usaba lo hacia para sentarse a anotar datos médicos de su pacientes pero reconoció igualmente que al hacerlo entraba en trance y tenia terroríficas alucinaciones. Ese dato bastó para que la Inquisición lo condenara a morir en la hoguera.
Después de su ejecución el asiento pasó a formar parte de la colección de objetos de la Universidad de Valladolid. El sillón estuvo siempre colgado de la pared a gran altura y boca abajo para que nadie osara sentarse en el. Actualmente esta en el Museo Provincial de Valladolid aparentando ser un sillón de descanso y siendo ajeno a la horrible leyenda que cae sobre el. Nadie quiere sentarse en el ni por todo el oro del mundo.