Cierta vez yo estando cursando el segundo año de secundaria,un compañero mío llamado Marco lo note preocupado y al salir al recreo le pregunte el por qué de su preocupacion.
Él, con mucha dificultad me contó lo que había ocurrido en su casa por la noche anterior. Me contó que siendo las 11:40 de la noche se encontraba realizando un trabajo de evaluación mientras toda su familia había salido a una fiesta de su tía.
Pasó el tiempo y se sentía fatigado así que decidió ir a la cocina, al cual accedía saliendo por el patio. Entonces al prender la luz, aseguró ver a un pequeño duende de tez verde y ya con una avanzada edad. Al mirarlo, Marco salió corriendo de la cocina encerrándose en su cuarto y por la preocupación no pudo dormir, pero con la fatiga del trabajo finalmente se durmió.
Tiempo después se despertó, ya que lo había despertado un golpe en su cara y cuál fue su sorpresa que era el duende quién le estaba pegando golpes en la cara. Salió corriendo de su casa y fue a dormir con su tia que vivia cerca.
Yo ignorando toda esa historia surrealista, me eché a reír y lo deje con otros compañeros.
Después, yo ya en mi casa y de noche, me cepille los dientes y me acosté en mi cama recordando lo que me dijo mi compañero y me sentí incómodo por él, quizás le había molestado mi reacción aunque seguía pensando que eran fantasías de Marco.
Al estar tan cómodo tumbado, apagué la luz y al final me quede dormido. De repente me despertó algo como si se me hubiera caído algo en la cara. Cual fue mi sorpresa que al prender la luz,era el duende que me había descrito mi compañero!! Yo no pude gritar, pues me quede paralizado por el susto y él aprovechó y con unas grandes garras comenzó a arañarme.
Al final, empecé a gritar y salí corriendo de allí,fui al cuarto de mis padres y les conté lo que había sucedido con cierto nerviosismo. Ellos no me creyeron y pensaron que el gato de casa me habia arañado
No me creyeron asique volví a mi cuarto, con sigilo y cuidadosamente vigilando si el duende estaba o no. Entré a mi cuarto despacio y me metí en la cama, pero no pude dormir y toda la noche me pase despierto con temor de que fuera aparecer otra vez.
Al día siguiente pedí por favor que fuera un sacerdote a bendecir mi casa y así fue.
Hoy en día sigo sin poder dormir tranquilamente, pues todas las noches oigo como grita suplicando que lo deje entrar,pues el sacerdote me dió un amuleto que al duende le impidió entrar.
Este es un hecho real y no le deseo que a nadie le pase.