Tenía 14 años cuando conocí al señor Feller, vivía al final de nuestra calle, recuerdo que la primera vez que lo vi no note nada raro, solo parecía un hombre de pocas palabras, y vaya si lo era, el hombre era mudo.
Poco a poco me fui haciendo amigo de los hijos de mis nuevos vecinos, en especial de uno llamado Johann, el hijo de los Framton, solíamos jugar por la tarde en mi jardín, y después merendábamos solíamos hablar sobre los vecinos, y siempre acabábamos hablando del señor Feller.
Por lo que me conto Johann, Mike Feller había servido en la guerra de Vietnam, y según lo que me conto, allí había visto algo que lo había enmudecido para siempre, pero claro, eso son solo habladurías.
Nuestra curiosidad acerca del pasado del señor Feller nos llevaron a hacerle una visita.
Al día siguiente, tal y como acordamos nos dirigimos a casa del señor Feller, él nos recibió sorprendido, pero nos invito a pasar, cuando nos sentamos en el sofá nos percatamos de una cuestión ¿Cómo nos comunicaríamos?, pero a Johann se le ocurrió una idea, le pregunto al señor Feller si tenía un folio y bolígrafo, el asintió y tras revolver en unos cajones saco un arrugado papel y un bolígrafo, tras acomodarnos el señor Feller escribió en el folio ¿En qué puedo ayudarlos?, nosotros, picados por la curiosidad, le preguntamos si nos podía contar que le había pasado en la guerra, el nos contesto que allí no le había ocurrido nada, pero notamos como desviaba la mirada hacia un arcón de madera que estaba en una esquina a la vez que le aparecía un tic nervioso en el ojo izquierdo, como si estuviera vigilando algo, al notar sus signos de nerviosismo le preguntamos si tenía miedo de algo, el nos miro fijamente y asintió lentamente con la cabeza, cogió el folio y escribió una sola palabra “Silencio”, nosotros nos mirábamos, no entendíamos nada, así que el señor Feller cogió el folio y escribió:
“Ustedes cuando tienen miedo, intentán hablar con ustedes mismos para tranquilizarse, pero yo no puedo, y siento como el silencio se apodera de mi mente, no creo que puedan entenderlo, pero el silencio puede llegar a ser aterrorizador”
Intentamos sonsacarle algo, pero sin ninguno resultado más que varias miradas de reojo al arcón. Ya habían pasado varios días desde nuestra extraña conversación con el señor Feller, cuando vimos algunos policías en la entrada de su casa, entramos discretamente para ver qué había ocurrido.
Nos quedamos petrificados cuando vimos al señor Feller rodeado de un charco de sangre, una idea me paso por la mente como si fuera un relámpago me abalance sobre el arcón de madera, y vi que estaba abierto y vacio, Johann y yo nos miramos al unisonó y salimos despavoridos de allí.
Nunca se supo lo que había dentro del arcón de madera, ni tampoco supimos que había visto el señor Feller en Vietnam, pero sospecho que era la misma cosa…
…FIN…
muerte?