Una pareja viajaba de una ciudad a otra en coche por un sitio boscoso donde no había cerca ni rastro de la civilización, era de noche. El chico se había alejado de las carreteras principales y no se veía ninguna luz cerca, ni de ninguna farola ni de nada.
Su novia empezó a buscar alguna emisora de radio interesante y dio con una de noticias. El locutor pidió atención a los oyentes y contó que un enfermo mental peligroso había escapado de un sanatorio. La policía le estaba buscando y habían perdido la pista en una gran zona boscosa. La novia con un tono de preocupación dijo:
-«¿Te imaginas que ese loco esté por estos bosques?»
– «No digas tonterías… ¿tú sabes la cantidad de bosques que hay en esta región?»
Por lo que se tranquilizaron los dos un poco. Pero de repente… el coche se paró.
– «¡MIEERRRRRRDAAAA! Nos hemos quedado sin gasolina!»
-«Bueno, no pasa nada, llama con el celular a una grúa para que nos recoja»
-«No tengo Batería.»
-«Yo tampoco»
Los dos se miraron el uno al otro con cara de preocupación y con cierto miedo… eran muchas casualidades… no supieron que decir hasta que la chica rompió el silencio medio llorando y dijo:
-¿Y ahora qué vamos a hacer? no hay ningún pueblo cerca, ni se ve ninguna luz…
– «Tranquila, ahora mismo cojo la garrafa que tenemos ahí detrás y me voy a buscar alguna gasolinera o alguna casa donde pueda llamar por teléfono.»
– «¿No me irás a dejar sola? ¿verdad?»
– «Tranquila no tardaré mucho… cierra los seguros del coche y espérame. Conozco un pueblo que está cerca de aquí que puedo llegar en una hora y media por lo que calculo que tardaré 2 horas en volver. Si vienes conmigo me puedes atrasar y al no ver nada nos podemos perder. Si voy solo iré más rápido y seguro. Tranquila, duerme un poco y en seguida vuelvo.»
La chica medio llorando y muy asustada aceptó lo que le dijo su novio para que pasara aquella situación cuanto antes. Así que el chico cogió la garrafa, cogió la linterna, dio un beso a su novia y partió.
La chica cerró los seguros de las puertas, se fue al asiento de atrás, se tapó con una manta y se acurrucó muerta de miedo.
El tiempo pasaba, una hora, dos horas, incluso tres… y el chico no regresaba. La chica cada vez más nerviosa miraba su reloj debajo de la manta.
Hasta que de repente, la chica empieza a escuchar unos fuertes golpes en el techo con un sonido de ¡PUM!,¡PUM!,¡PUM! como si algo estuviera chocando con el tejado del coche.
Inmediatamente la chica gritó lo más fuerte que podía muerta de miedo.
¡PUM!, ¡PUM!, ¡PUM! seguían los golpes.
Al rato la chica escuchó otro sonido, era la sirena de un coche de policía que se acercaba, aunque el ruido del techo no paraba,¡PUM!, ¡PUM!, ¡PUM!
El coche de policía se paro cerca del coche de la chica.
De ahí salieron dos agentes. Uno sacó su arma y se quedó apuntando al techo del coche de la pareja. El otro se acercó a la puerta donde estaba la chica y le dijo que saliera corriendo.
La chica al ver que era un agente de policía abrió la puerta y se abalanzó sobre él llorando y agarrándolo fuertemente. El policía llevó a la chica al coche policial lo más rápido que pudo, mientras que el ruido seguía pero la chica era incapaz de mirar ya que el miedo le impedía.
Una vez a salvo dentro del coche policía, el agente le dijo:
-«Por favor señorita, no mire hacia su coche en ningún momento, repito, bajo ningún concepto, lo decimos por su propio bien»
Dicho esto, el agente se fue a donde estaba su compañero y la chica se quedó en los asientos de atrás del coche policíal, donde no podía ver nada del exterior ya que las ventanas estaban tintados de negro. La chica ya más calmada no pudo evitar salir y mirar que era aquel ruido del tejado de su coche, así que abrió la puerta y…
¿A que no sabéis lo que vio?
A un loco, encima del techo de su coche, dando golpes con la cabeza cortada de su novio.
¡PUM!, ¡PUM!, ¡¡PUM!