A mis 25 años nunca me había pasado nada paranormal, si creía en todo eso porque sé que si existe, lo bueno existe lo malo también y de solo leer lo que muchos contaban sobre estas cosas que les sucedían, ¡me daban escalofríos!
Vivo en un pueblo de Jalisco y un día en mi trabajo me pidieron hacer algunas horas extras, había un pedido urgente y no me pude negar, mi turno era de dos a diez de la noche y ese día saldría a las 2 de la madrugada, por fortuna para mi un amigo mío que vivía a unas cuadras de mi casa también se había quedado.
Cuando salimos nos fuimos caminando a esa hora ya no había transporte, no vivíamos muy lejos pero las calles estaban solas, oscuras, ¡y daban temor! Ya pasaba de las 2 a.m. ninguno lo decíamos pero íbamos nerviosos la soledad se sentía muy tenebrosa, para mi mala suerte el llegaría más pronto a su casa yo tendría que caminar algunas cuatro cuadras mas solo y eso me dio un poco de miedo, sobre todo cuando una calle antes de llegar a su casa me dijo.
¿Ya sabes lo que se cuenta 2 cuadras antes de llegar a tu casa? ¡En la justo sierra! Volteé extrañado diciéndole, ¡la verdad no se! Yo llego cansado de trabajar solo ceno y me acuesto a descansar, ¡ya no salgo para nada! El me contestó, ¡pues dicen que calles adelante se aparece una niña o mujer de apariencia horrible, tiene su voz y su risa muy bizarra, ¡no se si sea verdad! Pero te lo digo por si te habla o la llegas a ver, ¡no vallas a voltear por nada! Ni le hagas caso ¡tampoco te detengas!. Le dije, ¡No mames wey! ¡Ya me asustaste más de lo que vengo, ¡ahora me acompañas hasta mi casa! Jajaja ¡como creés! Yo aquí me quedo ¡cuídate mucho wee! Me contestó.
Seguí solo y al llegar a donde me había dicho que asustaban recordé lo que me dijo me dio más frío y caminé más rápido, derechito sin voltear para ningún lado, la verdad tenía la sensación que alguien iba tras de mi y mi cuerpo se llenó de escalofríos, en eso escuché que alguien me hablaba, la voz salía de un baldío me decían, ¡pssss pssss! Oye ¡ven! ¿Porqué vas tan solo? Después oí una risa como de niña pero cambiaba, a veces se oían lamentos muy macabros la piel se me erizó, sentía pánico. Yo ni siquiera volteé solo me puse a rezar sin dejar de caminar, la risa y el psssss pssss no dejaban de escucharse y empecé a escuchar pasos atrás mío, por Dios que sentía que no avanzaba por más rápido que caminaba, ¡era como si mis pies fueran de plomo! Los pelos de mi nuca se pararon como si me los estuvieran jalando.
Para colmo de mis males de repente salieron dos perros frente a mi ladrándome muy enfurecidos, pensé que me atacarían pero no me detuve y los pasé de largo, ellos no se callaron siguieron ladrando pero no era a mi, porque cuando los pasé me di cuenta que le ladraba a alguien más ignorándome a mi, estaba aterrado pero aún así me atreví a voltear y los miré ladrando en posición de atacar, tenían el lomo erizado solo que no había nadie no se a quien le ladraba así, ya no pude aguantar más y aprovechando que los perros entretenían a lo que me seguía, corrí lo más rápido que pude y no me detuve hasta llegar a mi casa, abrí la puerta pero antes de entrar volteé hacia la calle, los perros ya no estaban y miré algo no se lo que era, pero saqué mi teléfono y pude tomarle esta foto, haber si ustedes ven lo que yo vi parado allí.
Como les dije al principio, nunca me había pasado nada así pero esto rebasó los límites del terror, todo eso lo viví a una calle antes de llegar a mi casa.
Autor: Pachuly